¡Muévete con Espondilitis Anquilosante! Descubre cómo el deporte puede ser tu mejor aliado

¿Te han dicho que hacer deporte con espondilitis anquilosante es imposible? ¡Olvídate de eso!

Es cierto que los brotes, el dolor y la rigidez pueden hacer que te lo pienses dos veces antes de empezar. Pero la realidad es que el ejercicio físico, adaptado a tu condición y nivel, puede ser tu gran aliado para mejorar tu bienestar y frenar la progresión de la enfermedad.

¿Te animas a descubrirlo?

En este artículo te damos algunos trucos para que te enganches al deporte con Espondilitis Anquilosante:

 1. Empieza poco a poco y ponte metas realistas. No te desanimes si al principio no puedes hacer mucho. Lo importante es ser constante y aumentar la intensidad poco a poco.

 2. ¡Busca un compañero de energía! Hacer ejercicio con alguien más te ayudará a mantener la motivación y te divertirás más.

 3. Convierte el deporte en un hábito. Intenta hacer ejercicio al menos 30 minutos al día, 3 o 4 veces por semana. Busca un horario que se adapte a tu rutina y cúmplelo.

 4. Registra tus progresos. Llevar un diario de tus entrenamientos te ayudará a ver cómo vas mejorando y te motivará a seguir adelante.

 5. ¡No te rindas! Es normal tener días malos, pero no dejes que eso te desanime. Recuerda todos los beneficios que el deporte te aporta y sigue adelante.

 6. Escucha a tu cuerpo. Si sientes dolor, para y descansa. No te fuerces nunca.

 ¿Y cuáles son los mejores ejercicios para la espondilitis anquilosante?

Si te han diagnosticado espondilitis anquilosante, sabes que la rigidez, el dolor y la inflamación articular pueden dificultar la realización de actividades cotidianas. Pero no te desesperes, ¡el ejercicio físico puede ser tu gran aliado para mejorar tu calidad de vida!

 La clave está en elegir los ejercicios adecuados y adaptarlos a tu condición y nivel.

 Aquí te presento algunos de los mejores ejercicios para la Espondilitis Anquilosante:

 Ejercicios de bajo impacto:

· Caminar: Es un ejercicio excelente para empezar, ya que es suave para las articulaciones y te ayuda a mejorar tu estado cardiovascular y muscular.

· Natación: Es otro ejercicio de bajo impacto que te ayuda a fortalecer los músculos y mejorar la flexibilidad.

· Aquaeróbic: La combinación de agua caliente y ejercicio te ayuda a relajar los músculos y aliviar el dolor.

· Pilates: Este método te ayuda a mejorar la postura, la flexibilidad y la fuerza muscular.

· Yoga: Te ayuda a mejorar la flexibilidad, la fuerza y el equilibrio, además de reducir el estrés.

 Ejercicios de fortalecimiento:

Ejercicios con bandas elásticas: Las bandas elásticas son una forma segura y efectiva de fortalecer los músculos sin poner demasiada presión en las articulaciones.

Ejercicios de peso corporal: Puedes utilizar tu propio peso corporal para realizar ejercicios de fortalecimiento, como sentadillas, flexiones y planchas.

Ejercicios con pesas ligeras: Si te sientes cómodo, puedes empezar a usar pesas ligeras para fortalecer los músculos.

 Ejercicios de flexibilidad:

Estiramientos: Es importante estirar regularmente para mejorar la flexibilidad y reducir el riesgo de lesiones.

Yoga: El yoga también te ayuda a mejorar la flexibilidad.

Tai chi: Este ejercicio de bajo impacto te ayuda a mejorar la flexibilidad, el equilibrio y la coordinación.

El impacto de la alimentación en nuestro sistema inmune
La alimentación y la nutrición tienen un profundo impacto para mantener una buena salud. La cantidad y el tipo de nutrientes consumidos están estrechamente relacionados con la salud inmunológica y, por lo tanto, el consumo inadecuado de nutrientes se asocia con el desarrollo de enfermedades importantes como artritis reumatoide, espondilitis

Recuerda:

· Calienta siempre antes de hacer ejercicio y estira después.

· Escucha a tu cuerpo y no te fuerces nunca.

· Si sientes dolor, para y descansa.

Consulta con tu médico antes de empezar cualquier programa de ejercicio.

Además de los ejercicios mencionados anteriormente, también puedes probar otras actividades como bailar, jugar al golf o hacer senderismo. Lo importante es encontrar actividades que te gusten y que puedas realizar de forma segura.

Recuerda que el ejercicio físico es una parte importante del tratamiento de la EA. Al hacer ejercicio regularmente, puedes mejorar tu estado físico, reducir el dolor y la rigidez, y mejorar tu calidad de vida en general.

¡Anímate a empezar a moverte y descubre los beneficios del ejercicio para tu salud!

¿Y si tengo un brote?

No te preocupes, hay alternativas. Puedes reducir la intensidad de los entrenamientos, hacer ejercicios de bajo impacto o simplemente descansar hasta que te sientas mejor.

¡No lo dudes más! Empieza hoy mismo a moverte y descubre los beneficios del deporte para tu salud.

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Referencias:

1. ¿Cómo puedes empezar a hacer deporte con espondilitis anquilosante? (2021, 15 septiembre). https://www.tucuentasmucho.com/como-puedes-empezar-hacer-deporte-con-espondilitis-anquilosante#dolphin-banner-bottom-21801

  1. Sandys, M. S., & Sandys, M. S. (s. f.). Espondilitis anquilosante. Presentación de caso. http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1727-897X2022000601211

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